No, no y no
Lo admito: conozco pocas
canciones de Bob Dylan; sin embargo, una tarde calurosa de Buenos Aires me metí
en el cine a ver su biopic. "Un completo desconocido" narra la vida
de Dylan desde que llega a Nueva York y se hace relevante en el mundo de la
música folk hasta que convoca a una banda rockera y se enchufa. Cambia el
sonido y se pudre todo con sus seguidores.
La película está dirigida
por James Mangold y protagonizada por Timothée Chalamet, un actor joven con
muchos aciertos en la elección de los papeles. En este film, Chalamet logra una
mimesis, una interpretación perfecta. El resto de los actores y actrices están
a la misma altura. Mónica Barbaro hace de Joan Báez y Edward Norton de Pete
Seeger de manera excelente.
Estamos en los años 60,
varios de los exponentes del género se posicionan políticamente. Se
comprometen, deben dar cuenta de su pueblo cascoteado por la individualidad, el valor descomunal del dinero y el falso patriotismo.
Es más, una de las escenas
iníciales muestra a Pete Seeger en un juzgado afrontando una demanda del
gobierno por la letra de una canción.
"Un completo
desconocido" plantea, en esta llegada a la fama de Bob Dylan, sus
influencias musicales/políticas y los condicionamientos que impone hacerse
famoso en la industria cultural de Estados Unidos. Juegan en ese plano las
discográficas, el público y también los compañeros de ruta. Estos buscan conservar
las formas que le dan entidad al género folk. Vemos, entonces, a un Dylan
incómodo con todo su entorno, con lo que esperan de él y, a la vez, con una
fuerza creadora que ni se inmuta.
Surgen algunas preguntas: ¿Es necesario conformar a la industria para perdurar? ¿Lo creativo debe subordinarse a la vida profesional de un músico? ¿Se tiene que conformar al público y tocar lo que exija? Dylan responde, sin duda alguna: No, no y no. La forma y el contenido son ideas políticas y la libertad creativa del artista no debe graduarse según la conveniencia.
Cuando vi a Chalamet
cantando y le presté atención a las letras, me acordé de que en 2016 a Dylan le
dieron el Premio Nobel de Literatura, y por supuesto, hay una conexión total.
En la escritura de los artistas norteamericanos vibra el pueblo y el corazón
maldito de un país imperial que mira con soberbia y miedo al resto del mundo.
Bob Dylan, nacido Robert
Allen Zimmerman, publicó más de cincuenta discos y a sus 83 años sigue dando
conciertos por todo el mundo. Es uno de los artistas más importantes del siglo
XX, ¿qué duda cabe?
Salí del cine cantando “Like
a Rolling Stone” y fascinada por lo mundano: dos horas entregada al disfrute y
al aire acondicionado de la sala.
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