Elijan sus armas
“Hay una guerra de clases y la estamos ganando
los ricos” dicen que dijo el multimillonario Warren Buffet y claro, tamaña
verdad, merece ser reconocida. Nos ganan por goleada en todos los planos y en
casi todo el mundo. Los grandes empresarios tecnológicos y los partidarios de
la ultraderecha están instalando una idea: los millonarios son los nuevos
héroes, ellos nos salvarán del fin del mundo. El ensayo “Ciencia ficción
capitalista” de Michel Nieva, publicado el año pasado por Anagrama, analiza, a
través del género ciencia ficción, qué planes tienen las elites mundiales y
cómo creen que los llevarán adelante.
A mediados de los 80’, se acuñó el término
cyberpunk para referir a una literatura futurista que planteaba un mundo oscuro
donde el poder de las corporaciones arruinaba la riqueza del planeta y, por lo
tanto, a la humanidad. Hay cierto acuerdo en que estamos viviendo ese proceso y
que el término distopía ya no nos es extraño. La cultura popular está plagada
de ejemplos, entre ellos, “Plop” de Rafael Pinedo, “La carretera” de Cormac
McCarthy y las películas “Blade Runner” y “No mirés arriba”. Todos estos
títulos hablan de la destrucción del planeta que habitamos y de la pérdida de
lo humano.
Lo valioso del ensayo del escritor argentino
Michel Nieva es su planteo central: las elites tecnológicas son las únicas
capaces de imaginar y crear utopías. Claro, utopías que no reconocen que el
capitalismo nos ha llevado a la situación actual y que la acumulación de
enormes ganancias dañan los hábitats, precarizan la vida de poblaciones
enteras, someten a un malvivir a los trabajadores y trabajadoras, etc. Nieva
cita los objetivos de SpaceX, la empresa de Elon Musk, expuestos en su página
web: “hacer de la humanidad una especia interplanetaria cuyo primer paso es colonizar
y terraformar Marte”. Para el año 2050 proyecta que 1 millón de personas vivan
en el planeta rojo. Es decir, “la solución no es reducir la brecha entre pobres
y ricos o detener la crisis socioambiental que vehiculiza el capitalismo, sino
trasladar las lógicas de este sistema a otro”, explica el autor. Quizás no haga
falta aclarar que cuando los multimillonarios anuncian que quieren salvar a la
humanidad, están hablando del 1 por ciento más rico de la población, porcentaje
que conforman ellos mismos.
“Ciencia ficción capitalista” da cuenta de otro
proyecto central que, de alguna manera, justifican tanta energía y recursos
puestos a diseñar el porvenir. En 2007, el gerontólogo Aubrey de Grey, publicó
el libro: “El fin del envejecimiento”. El científico argumenta que “la vejez no
es un fenómeno natural e irreversible, sino apenas el deterioro de estructuras
celulares que se pueden reparar y optimizar hacia una esperanza de vida
indefinida”. Por supuesto, que esta otra utopía tampoco estará al alcance de todos,
sino de quien pueda pagarla.
Michel Nieva sostiene que la gran mayoría de los
avances tecnológicos están basados en un tipo de imaginación literaria devenida
en pro corporaciones. Julio Verne, uno de los primeros y más populares
escritores del género, decía que él “escribía en papel lo que otros esculpirán
en acero”. En la actualidad, existe la ciencia ficción dura, es decir, textos
escritos por científicos, ingenieros, médicos, imaginando adelantos o proyectos
que podrían ser realizados por las empresas. Para este tipo de escribas hay un
rol en las estructuras corporativas. Ese puesto se llama “Futurólogo”.
Otro punto que aborda Nieva es cómo está
conformada la ideología que circula por Silicon Valley, lugar donde se
establecieron las empresas tecnológicas más poderosas del mundo. En sus
orígenes fue una mezcla de yuppie con hippie tech, una entidad promercado, pero
con una apertura creativa que vio el valor de las drogas para expandir la
conciencia y apreciar la imaginación literaria.
El autor se pregunta si “¿Será entonces la
ciencia ficción una fase superior del capitalismo, la asociación más virtuosa
entre empresariado, literatura y tecnología?” Pero a la vez, el libro funciona
como algo más: la posibilidad de salir de la dicotomía: distopía – utopía, y
poder avanzar críticamente para desarmar el ideal de los hombres más ricos del
mundo y la derecha aliada.
Ya lo dijo Mark Fisher considerando la cita de
Warren Buffet que abre esta nota: “una guerra de clases está ocurriendo, pero
solo uno de los lados está peleando. Elijan su lado. Elijan sus armas.”
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